miércoles, 4 de junio de 2014

10 motivos por los que la innovación suele fracasar

La sistematización de la innovación y la obtención, sostenida en el tiempo, de resultados procedentes de ella, es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las empresas hoy en día. Especialmente aquellas que compiten en mercados dinámicos y con elevados niveles de competencia. Sin embargo, varios estudios demuestran que al hablar de innovación, el porcentaje de fracasos es todavía muy superior al de éxitos. Diversos motivos pueden ayudar a explicar este elevado nivel de fracasos.



Son muchas las iniciativas que fracasan pese al entusiasmo inicial y las expectativas generadas. Puede decirse que los desafíos a superar para conseguir un entorno innovador caen dentro de tres grandes categorías:
  • Aspectos culturales y organizativos
  • Aspectos relacionados con la estrategia y el liderazgo
  • Aspectos relacionados con el proceso
Aspectos culturales y organizativos

La realidad es que la mayoría de organizaciones no están diseñadas para ser innovadoras, sino para ser eficientes. Esto se traduce en culturas cerradas a la novedad, organigramas excesivamente jerárquicos y separados en departamentos estancos, que actúan como silos y dificultan la transferencia de conocimiento, elemento indispensable para que la innovación tenga lugar.

Aspectos relacionados con la estrategia y el liderazgo

Las empresas, especialmente cuando tienen éxito, tienden a enfocarse en su negocio central, así como en las necesidades y niveles de satisfacción de sus clientes actuales, lo cual les hace perder de vista a nuevos competidores con modelos de negocio renovados, y a segmentos de mercado emergentes.  Para superar este comportamiento, se precisa un liderazgo comprometido con la innovación, y capaz de crear una organización ambidiestra. Es decir, diseñada para explotar el presente, y explorar el futuro de manera simultánea.

Aspectos relacionados con el proceso

En otras ocasiones ya he hablado sobre la importancia de diseñar procesos de innovación que logren un equilibrio entre flexibilidad y disciplina. De ello depende lograr una gestión adecuada de las ideas, conocer con profundidad a los clientes, desarrollar conceptos robustos, realizar una implementación eficaz, reducir los plazos de tiempo, etc.

10 motivos por los que la innovación suele fracasar

A continuación expongo diez motivos, que pueden ayudar a explicar el elevado número de fracasos que cosechan las empresas que intentan innovar de manera sostenida en el tiempo.

1. No disponer de una definición interna de innovación

La innovación es un término que suele generar confusión, y que es interpretado de maneras muy distintas. Por esta razón, es fundamental disponer de una definición interna de innovación, que colabore a crear un lenguaje común entorno a ella. No dedicar un tiempo a obtener una definición propia y adaptada a la situación concreta de cada empresa, puede generar problemas tanto en la asignación de recursos para proyectos innovadores, como en el momento de guiar a las personas que deben contribuir con sus esfuerzos e ideas a lograr que la innovación se transforme en resultados.


2. Innovar de "boquilla" y crear una cultura hostil a la innovación.

Debido a que la innovación está en boca de todos, y parece que sea una obligación vender una imagen de empresa innovadora, muchas empresas la incluyen en sus valores, en sus presentaciones corporativas, y puede que incluso realicen algún evento relacionado con la misma. Pese a ello, la realidad es que en muchas organizaciones hay una enorme distancia entre las palabras y las acciones, ya que ni se fomentan las conductas, ni se crean los entornos propicios para que la innovación pueda surgir. En estos casos el mensaje es claro, la innovación es algo "cool" de puertas a fuera, pero no es valorada internamente, así que no merece la pena dedicarle tiempo. (ver post: 10 dimensiones de una cultura innovadora)

3. Personas con miedo a correr riesgos

Debido a que muchas organizaciones no crean entornos de trabajo específicos para la innovación, lo que obliga a que esta debe desarrollarse en un entorno diseñado para la eficiencia, en el que hay poco espacio para la incertidumbre y para el riesgo, muchos empleados consideran un suicidio profesional dedicar su tiempo y talento a innovar, ya que la cultura empresarial dominante muestra aversión al riesgo, castiga los fracasos y no protege a aquellos que estén dispuestos a ir más allá de su zona de confort. Receta perfecta para bloquear cualquier iniciativa intraemprendedora.

4. No involucrar a todo el talento en la generación de ideas

Los miedos a democratizar los sistemas de gestión, las jerarquías heredadas de la revolución industrial, la creencia absurda de que las buenas ideas sólo pueden proceder de los directivos, y la división de las empresas en departamentos aislados, suponen limitaciones para poder aprovechar todo el talento interno, compuesto de perfiles muy diversos. Tanto si se trabaja con sistemas de gestión de ideas, o se realizan talleres de generación de ideas, involucrar a personas procedentes de todas las áreas es clave para innovar con éxito. (Ver post: 10 claves para involucrar a los empleados en comunidades de innovación y Diversidad y pasos para construir equipos de innovación)

5. Procesos inexistentes o demasiado rígidos

En lo que se refiere a los procesos de innovación, es habitual encontrarse con dos situaciones distintas, en algunos casos las empresas no disponen de ningún proceso para desarrollar las ideas, mientras que otras empresas poseen procesos tan rígidos que terminan limitando las innovaciones más atrevidas. En el primer caso, una vez se han tenido ideas nadie es responsable de su desarrollo ni existe un proceso que marque los pasos a seguir, lo cual provoca que las personas decidan no aportar más ideas. En el segundo caso, la burocracia, las plantillas, y los criterios financieros terminan ahogando la creatividad.

6. Falta de motivación y de incentivos para innovar

En la mayoría de organizaciones no se crea el clima de motivación propicio para la innovación, ni se dispone de un sistema de incentivos pensado exclusivamente para la innovación. Lo que es incluso peor, en algunas ocasiones existen desincentivos a la innovación, al implicar esta más trabajo además de asumir riesgos, sin ningún tipo de compensación. Los incentivos no deben ser necesariamente financieros, existen otras posibilidades que en este ámbito concreto pueden incluso ser más eficaces.

7. No conocer profundamente a los clientes y los mercados

La mayoría de empresas no dedican esfuerzos a comprender de manera profunda sus mercados, sus clientes, o segmentos de clientes emergentes a los que podrían también dirigirse. Se centran en desarrollar productos, a veces sin ningún tipo de interacción con los clientes hasta que los productos están siendo comercializados. El foco debería situarse en las necesidades y problemas de los diferentes segmentos de clientes, y en base a ese nuevo conocimiento desarrollar nuevos productos. En este sentido, técnicas como la etnografía, la cocreación, el "crowdsourcing" o trabajar con "lead users", pueden ser de gran ayuda.

8. No medir ni los resultados ni los esfuerzos para innovar

Otro impedimento para obtener una organización innovadora, es no medir los resultados ni los esfuerzos realizados en el ámbito de la innovación. En muchas ocasiones se utilizan las mismas métricas que se usan para la explotación del negocio actual, lo cual simplemente no funciona. Es necesario diseñar un conjunto de métricas adaptadas a la innovación, y que midan distintos aspectos a lo largo del proceso de innovación, no únicamente los resultados financieros. (ver post: Medir la innovación)

9. No dedicar tiempo a identificar oportunidades 

Es necesario utilizar herramientas que ayuden a identificar oportunidades, y enfocar la generación de ideas entorno a esas oportunidades. Demasiado a menudo los procesos de innovación se inician con ideas, en lugar de hacerlo con oportunidades. Al hacerlo así, se corre el riesgo de enamorarse de la idea, o de comprometer inversiones demasiado pronto, con lo que el proceso de innovación se transforma en un proceso de implementación de una idea, en lugar de generar conocimiento y alternativas para aprovechar la oportunidad identificada. ( ver posts: Herramientas para identificar oportunidades de innovación y "Oportunizar" antes de idear

10. Esperar la gran innovación

Creer que innovar es sólo lograr grandes avances tecnológicos, o crear nuevas industrias. Si bien la ambición es indispensable para innovar, la innovación puede tomar muchas formas y niveles, buscar siempre grandes innovaciones, generará frustraciones y grandes pérdidas financieras. Hay que disponer de una cartera de proyectos de innovación equilibrada, que incluya diferentes niveles de novedad y por lo tanto de riesgo. Es fundamental desmitificar la innovación para lograr que esta sea real. Si es nuevo y crea valor, es innovación (Ver post: Desmitificar la innovación)









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